sábado, 26 de septiembre de 2015

CIUDAD DE RESISTENCIA, CHACO

CIUDAD DE RESISTENCIA, CHACO



Resistencia es una ciudad de la Argentina, capital y ciudad más poblada de la Provincia del Chaco, además de su principal centro cultural y económico.

Resistencia fue diseñada con criterios urbanísticos que la diferencian del típico trazado de damero existente en la mayoría de las ciudades más antiguas de la Argentina. Sus calles y avenidas son espaciosas, posibilitando veredas anchas y circulación cómoda en dos carriles. Las avenidas que forman el contorno del casco original presentan grandes plazoletas (como la avenida Ávalos) o seis carriles de circulación (como la avenida Alvear), según el caso.


La ciudad tiene su epicentro en la plaza 25 de Mayo, que con sus más de 4 ha de extensión es una de las más grandes del país. Del centro de la misma nacen cuatro avenidas en forma de cruz, de las cuales nacen a su vez el resto de las calles y que marcan el inicio de la numeración.

Otras cuatro plazas en el casco céntrico conforman el pulmón verde original, que son: la plaza 12 de octubre, 9 de Julio, Belgrano y España.

Conocida popularmente como la "Ciudad de las Esculturas" por poseer más de un centenar de figuras al aire libre, Resistencia presenta un moderno trazado sobre su ejido, con plazas arboladas y dinámicos paseos,
donde se puede apreciar la rica presencia de murales de renombrados artistas argentinos.

Este lugar conjuga la excelente estructura arquitectónica de principios del siglo XX con la exuberante naturaleza, única en la región.
Chaco es una voz guaraní que significa Desierto, siendo también una voz quichua: cuyo sentido indica Caza de animales con cerco de gente.

La región del Chaco fue ocupada desde varios siglos atrás, por diversos grupos aborígenes entres quienes podemos citar: Tobas, Pilagás, Mocovíes, Matacos, Chorrotes, Chulupies y Chiriguanos-Chanés.

A decir del poeta: ”cuando era un serio problema remontar el río Pilcomayo por sus anuales correntadas de agua y limo, ellos eran los únicos que lo navegaban libremente porque lo conocían a fondo y la chalana les respondía con voz de madera".

Resistencia nació como colonia-cantón, trazada en 1875 en el antiguo paraje “San Fernando”. No fue poblada de inmediato desapareciendo mojones y estacas. No obstante, con fecha 27 de enero de 1878 el gobierno nacional aprobó la mensura inicial y creó oficialmente la Colonia Resistencia.

El Chaco constituyó, durante mucho tiempo, un grave problema para la Nación. Ni los españoles de los siglos XVI y XVII, ni las misiones jesuíticas a mediados del siglo XVIII lograron asentar allí sus reales de manera definitiva, ni tampoco reducir el dominio del indio.

En el Chaco dada su condición de tierra marginal y todavía peligrosa, la colonización debió iniciarse con pleno apoyo oficial.

Luego de la Guerra de la Triple Alianza, desde 1865 a 1870, el gobierno nacional conquistó militarmente la zona.

En el año 1876 se produce un ataque a la población del General José Domingo Avalos, que estaba asentada en las inmediaciones de la otrora Reducción de San Fernando del Río Negro (hoy zona del Triángulo de Resistencia). El ataque fue comandado por el cacique Leoncito (indio Vilela) y era el tercero en el año.

Fue fundada en 1878 sobre la base de un asentamiento forestal, a los que se sumó un contingente de inmigrantes friulianos que formaron la primera colonia agrícola del Chaco, y que permitiría luego la colonización del resto del territorio. En 1884 el gobierno central de Buenos Aires, dividió la zona en el Chaco al sur y Formosa al norte.  En 1884 fue declarada Capital del Territorio Nacional del Chaco.

Algunos historiadores sostienen que el nombre de “Resistencia” fue originado en ese ataque indio, “por el hecho de haber resistido durante tanto tiempo un corto número de hombres, sin protección del Gobierno, las continuas amenazas de los aborígenes”.

A principios de siglo XX la actividad taninera iniciada en Santa Fe penetró en el Chaco. El mejor ejemplo fue la explotación indiscriminada de la compañía inglesa La Forestal. La crisis del tanino dejó tras de sí un bosque degradado y más de 50.000 personas sin trabajo.
Después de la Primera Guerra Mundial empezó el auge del algodón que duró hasta los años ‘50.

En 1951, Chaco se transformó en provincia.


 FOGON DE LOS ARRIEROS

MUSEO REGIONAL DE ANTROPOLOGÍA:
Se encuentra en Avenida Las Heras 727, funciona en la Universidad Nacional del Nordeste. Las principales piezas de su colección resaltan por su valor antropológico elementos extraídos de las Ruinas de la Antigua Concepción del Bermejo.
MUSEO DE LA POLICIA DE LA PROVINCIA DEL CHACO:
Ubicado en Julio A. Roca 233 Tel. 423504, habilitado el 6 de octubre del año 1987. Cuenta con varias salas, que exhiben la historia policial, criminalística, investigación de cuatrerismo y toxicomanía y la sala de armas y balística. Se pueden apreciar uniformes antiguos, banderas, escudos, fotos, como así también elementos de gran valor didácticos para el área criminalística.
PEñA NATIVA MARTIN FIERRO:
El 8 de abril de 1945 se funda en Resistencia esta peña, que en 1954 tomó el nombre de "Martín Fierro".
Es una institución que se dedica a cultivar la tradición folklórica nacional. Tiene su amplio local en la esquina de la Avenida 9 de Julio y Calle José Hernández.

MUSEOS





 ISLA DEL CERRITO


La Isla del Cerrito, también llamada Isla del Sol está enclavada en un cerro, a esto debe su nombre, en cuya cumbre se encuentra la Capilla Virgen del Pilar.
Rodeada de especies propias de la selva de ribera, bañan sus costas los ríos Paraná y Paraguay formando una gran confluencia y una de las esquinas fluviales más codiciadas de los pescadores deportivos.
La circundan cuatro islas denominadas: La Guáscara, Carpinchito, Brasilera y Mvorebí. Su entorno es paradisíaco, con vegetación exuberante y variada, el pueblo no tiene trazado convencional, con calles curvas, muy arbolada y con un piso tapizado de un verde total, tiene construcciones de gran belleza histórica.
Una avenida pavimentada de un metro de altura que ofrece una espectacular vista panorámica del lugar, y que además atraviesa el gran camping de la costanera, terminando enla majestuosa confluencia de los rios Paraná y Paraguay.
La diversidad de paisajes que aquí se encuentran convierten a la Isla en el lugar indicado para quienes buscan tanto la paz litoraleña como la emoción de la pesca deportiva. A través de sus apacibles senderos rodeados de frondosos ceibos, chivatos, jacarandaes, lapachos y otras especies vegetales pobladas de pájaros, encontrará el marco ideal para realizar caminatas, cabalgatas, treeking y safaris fotográficos en sus casi 12000 hectáreas de naturaleza semi-virgen.
Desde la costa o a bordo de embarcaciones, la pesca deportiva en las aguas de los caudalosos ríos que rodean La Isla es una experiencia indescriptible, tanto por la variedad de especies que aquí se encuentran como por el tamaño de las piezas.

El Paraná se muestra generoso y premia la destreza de los que emplean los equipos mas modernos de trolling, spinning, o flycasting o las primitivas y más modestas.
Isla de la fantástica belleza natural que se alza en la confluencia de los ríos mas deslumbrantes de Sudamérica.

Tierras de conquistadores, con atardeceres rojizos únicos para fotografiar. Sus exuberantes arboles en flor provocan una explosión de colores que solo allí se pueden ver: chivatos, jacarandaes, ceibos y aromitos.

El espectáculo del río Paraná desde sus barrancas costeras invitan al relax total, o bien practicas de deportes: ski acuático, surf, motonáutica, veleros en un clima donde el sol se pone en contacto con las arenas doradas de su bancos.



miércoles, 23 de septiembre de 2015

PARQUE NACIONAL CHACO

PARQUE NACIONAL CHACO



Hasta fines del siglo XIX, fue tierra de indígenas que habitaron y bautizaron el lugar con el nombre de Chaco, derivación de la voz quechua chacu que significa "lugar de cacería".

El Parque Nacional fue creado en el año 1954 y, pese a su relativamente pequeña superficie de 15.000 hectáreas, su valiosa misión es proteger una completa muestra de los ambientes típicos del Chaco oriental. La culminación de ello fue la sanción de la Ley 14.366, del 22 de octubre de 1954.
El particular objetivo original, que motivó dicha creación, se reflejó en el nombre Parque Nacional del Quebrachal que finalmente no prosperó. La razón de ello fue que, en realidad, el área involucraba una formación ecológica especial, de la que el quebracho era un componente destacad. El decreto N.° 2149/90 del 10 de octubre de 1990 designó a un sector del parque nacional como reserva natural estricta.

Está situado a 130 km al noroeste de Resistencia, capital de la provincia, entre los departamentos Sargento Cabral y Presidencia de la Plaza, y representa una verdadera isla natural en medio del avance urbano.

En el parque se encuentran bosques de quebracho colorado, árbol que ha sido talado indiscriminadamente y mermado hasta ponerlo en peligro de extinción durante el siglo XX. El mono aullador y el loro hablador son otras especies en peligro que viven dentro del área.
Dentro del parque hay diversos paisajes, tales como los montes compuestos por árboles de hasta 15 m de altura, sabanas, esteros y lagunas. Las lagunas son Panza de Cabra, Yacaré y Carpincho.


El paisaje está formado por una variedad de ambientes naturales. Al centro, este y sur del área se extiende el monte fuerte, denominado así por los lugareños. Allí predominan majestuosos ejemplares de quebracho colorado chaqueño, que pueden alcanzar los 15 m de altura y que en algunos sectores forman comunidades casi puras o quebrachales. En el extremo noroeste, confluyen dos de sus exponentes: los quebrachos colorados chaqueño y santiagueño. Diferenciarlos es fácil: el primero tiene hojas simples, por oposición al segundo, cuyas hojas son compuestas.

Otras especies arbóreas que se destacan en el monte son el espina corona, de púas ramificadas en sus troncos, el guayacán de colorida corteza, el algarrobo y el guayaibí, además del lapacho rosado o amarillo, árbol nativo que embellece el entorno invernal con sus copas colmadas de flores.

Hacia el oeste, en las zonas más bajas con anegamiento parcial en la época lluviosa, se forma la sabana de palmeras, constituida por palmares de palma blanca o caranday, junto a los pastizales naturales.

Entre el monte fuerte y la sabana de palmeras, se presenta un área de transición marcada por un bosque bajo y abierto de palmeras caranday, árboles menores y arbustos.

En el estrato inferior el bosque se cubre de chaguares, bromeliáceas de vistosas inflorescencias y fuertes espinas alrededor de sus hojas, que tornan casi inaccesible el área. Su mayor densidad se presenta sobre el río Negro, que atraviesa el sector noreste del Parque y en el que encontramos una compacta selva en galería con árboles de 15 m de altura.

Los esteros, lagunas y cañadas, estas últimas formadas por las grandes lluvias que desaparecen con las sequías, completan el ambiente natural del Parque Nacional Chaco.

El mayor espejo de agua es la laguna Panza de Cabra que, ubicada al sur, ofrece agua para beber a los animales silvestres y, por ende, es el mejor lugar para seguir sus rastros.

Por el escaso territorio que ocupa este espacio protegido, la fauna que desarrolla no supera el pequeño y mediano porte, ya que los vertebrados mayores necesitan de amplias zonas de caza. A su vez, las radicales transformaciones del ambiente causaron la desaparición de varias especies, por la caza directa o la eliminación de su hábitat natural.

Es el caso del yaguareté, que no pudo subsistir en un ambiente tan densamente poblado. Los pocos ejemplares que sobrevivieron, al no encontrar sus presas naturales, tuvieron que alimentarse de animales domésticos, originando su persecución y total exterminio.

Igualmente, este pequeño territorio es todo lo que resta de un ambiente que anteriormente ocupara todo el Chaco, y que aún reserva especies faunísticas típicas.
Por ejemplo, en los montes cercanos, habitan guazunchos y carayás o monos aulladores,
que se hacen escuchar desde el interior del monte por sus fuertes gritos.

Los gatos monteses, el coatí, el aguará popé y la corzuela parda, que habitan las zonas boscosas, también forman parte de la fauna típica.

Las áreas descampadas muestran manadas de ñandúes y chuñas, de largas patas rojas.

Asiduos pobladores de los palmares son el carpintero blanco y el aguilucho colorado. En los pastizales de la parte inferior, una multitud de insectos, entre ellos varias langostas y algún mamboretá, se mimetizan con facilidad.

A la sombra reparadora de los árboles, las entrometidas urracas paraguayas y moradas, merodean el área de acampe. Las secundan el confiado ipacaá, el carpintero lomo blanco, de cabeza y copete rojos y, por las noches, las lechuzas, el atajacaminos y el urutaú, vigilan desde lo alto.

Las lagunas Panza de Cabra y Yacaré albergan al roedor más grande del mundo: el carpincho, que también habita la laguna que lleva su nombre.

Además, existe una rica avifauna, entre las que se cuentan la pollona negra, el gallito de agua, varias garzas como el hocó colorado, el chajá y los biguaes, que después del chapuzón se asolean en las altas ramas. También se alistan cerca del agua el aguilucho pampa y el caracolero.

En el verano, las lagunas congregan una increíble variedad de ranas, destacándose las especies trepadoras, que cuentan con extensiones circulares en las yemas de sus dedos a modo de ventosas.

Mucho tiempo antes de convertirse en zona protegida, los aborígenes se asentaban en el ambiente ribereño. Su sustento era la caza, en especial de carpinchos, tapires, monos,
armadillos y vizcachas; además de la pesca y la recolección de vegetales y moluscos. Descendientes de estos grupos son las comunidades tobas y mocovíes que hoy viven en las localidades vecinas al Parque Nacional Chaco.

Es el único lugar que permite apreciar quebrachales naturales con ejemplares de gran magnitud, robustos testigos de un pasado que, por la mala utilización de recursos, no volverá más. Para asombrarse y reflexionar.

La flora típica es la de quebracho colorado y quebracho blanco, espina colorada, lapacho, guayabí, guayacán ychaguares. La fauna caraterística comprende aguraguazues, tapires(raro), corzuelas pardas,
osos hormigueros(muy raros), tamaduás, pumas, hurones mayores, pecaríes de collar, gatos moro, guazunchos, mono caraya, yacares, tortugas acuáticas, cocoés, ranas trepadoras, curiyús, etc. Entre las más de 340 especies de aves se encuentran lechuzas, atajacaminos, urutaú, pájaros carpinteros, urracas paraguayas,garzas, chajáes, biguaes, gallitos de agua, cigüeñas, horneros, patos, chuñas de patas rojas y hasta ñandues, etc.

En varias zonas del parque se puede acampar. Existe un sendero de interpretación que puede ser recorrido en vehículo, con dos tramos para recorrer a pie. Uno de estos tramos conduce a las lagunas Carpincho y Yacaré para hacer avistaje de aves, y en el otro sendero se pueden apreciar los árboles nativos.

La época del año ideal para visitarlo va de abril a octubre y el parque cuenta con varios senderos y caminos vehiculares al igual que una amplia y sombreada zona de camping con servicios varios.

Sendero a las lagunas Carpincho y Yacaré:
3 km de selva ribereña que bordea el río Negro, conducen a los miradores de estas lagunas, ideales para la observación de aves. 

Sendero de flora:
En un tramo de 1,5 km, comenzando muy cerca del área de acampe, se encuentra toda la riqueza arbórea nativa.

Siempre con mucha precaución, se puede llegar hasta la laguna Panza de Cabra. Es un camino interno del Parque, que brinda 12 km de tupidos montes chaqueños, con quebrachales que en otros tiempos también poblaban la provincia.