viernes, 21 de agosto de 2015

BAHÍA DE SAN BLAS “el paraíso de la pesca deportiva”

BAHÍA DE SAN BLAS
“el paraíso de la pesca deportiva”




Dicen los que entienden que si un pescador -sea novato o esté curtido en el oficio- volvió de Bahía San Blas con las manos vacías, es porque seguramente, se olvidó de poner el anzuelo.

La Bahía de San Blas, también llamada la Isla del Jabalí, se caracteriza por aguas templadas, incluso durante el invierno, sin mar de fondo ni marejada.
Su costa, de escaso oleaje, está compuesta por por una parte de cantos rodados multicolores y una playa de arena.

Internacionalmente, se la conoce como el paraíso de la pesca deportiva. Esta ribera ofrece distintas variantes de estilo para arrojar las líneas. Se puede pescar desde las rompientes, o de su extensa playa (que abarca unos 15 kilómetros)

o en embarcaciones que organizan salidas de pesca.

La bahía se ubica sobre el Mar Atlántico, al sur de la Provincia de Buenos Aires, a 100 kilómetros de Carmen de Patagones y a 918 km. de la Capital Federal.
Los accesos a San Blas no están pavimentados, por eso, se recomienda ir por la ruta nacional N° 3 y al llegar al km 918 (La Querencia), hay que recorrer 22 km hasta la isla.

Desde sus costas se pueden divisar otros islotes menores que la rodean, como de los Césares, del Sur, Flamenco, Gama y Jabalí, separados entre sí, apenas por una estrecha franja marítima.

La pieza más codiciada de estas costas es el tiburón, en especial las variedades bacota, cazones
y gatopardo. Hay que adentrarse unos 60 kilómetros en el mar para conseguir una pieza interesante.
En plena temporada se han cazado ejemplares de 3 metros de largo, que rondan los 150 kilos de peso. Es fundamental para obtener una buena pesca: asesorarse con los guías de la zona y utilizar carnada fresca.





Aunque durante todo el año, se pueden conseguir chuchos, brótolas, rayas, pescadillas y corvinas rubias, que alternan con el pez palo y los gatuzos. Además, es frecuente obtener congrios, bagres, suritos y palometas.

Hacia el sur de la isla del Jabalí -donde se asienta el pequeño poblado- existe una formación de pequeñas rompientes aptas para sacar pejerrey. En este sector se pueden apresar con mareas bajas las almejas, ideales para encarnar los anzuelos.

Para quienes se embarquen en lanchas deportivas, antes de regresar a tierra, existe un paseo obligado: el del ostrario natural, donde los navegantes podrán darse una panzada de moluscos en el mismo lugar, mientras en los alrededores, los flamencos hunden su pico en busca de comida o emprenden vuelos en grupos de cinco o seis.

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