EL
PARQUE NACIONAL QUEBRADA DEL CONDORITO
Donde el cóndor es el rey, el soberano
de las cumbres, el amo de una isla rocosa. Sólo un día de trekking basta para
acceder a su territorio, a las 40 mil hectáreas situadas en el corazón de las
sierras cordobesas.
"La verdad es que debimos caminar bastante, pero valió la pena. Por fin
presenciamos los cóndores sobrevolando nuestras cabezas, y al contemplarlos en
este majestuoso paisaje,
no pudimos hacer otra cosa que imitarlos dejando volar
los sentidos", afirma don Pereyra, un lugareño que vive en la inmensidad y
la soledad de este universo pétreo.
El viento casi constante en esta zona de la Pampa de Achala susurra sobre los pastos amarillentos, pero la caminata parece energizarte y la quebrada te atrapa como un imán".
El parque es un hábitat perfecto para los cóndores, ya que en las inaccesibles paredes de la quebrada encuentran abrigo y protección. Con hasta tres metros de envergadura alar, su impecable vuelo aprovecha las corrientes ascendentes de aire tibio. Por eso, en la Pampa del Condorito, donde se erige el Balcón Sur, se encuentra -tal vez- el sitio más atrayente del parque. La sensación allí es que podemos tocar a estos carroñeros con las manos.
Las rocas de tonos ocres y grises de la Pampa se ven tachonadas por explosiones multicolores de compactas alfombras de flores silvestres. Desde la creación del joven parque nacional, en 1999, crecen por doquier, como si quisieran vengarse del largo tiempo en que fueron el alimento preferido de las vacas, cuando la explotación ganadera hacía estragos en este frágil ecosistema.
Hacia el fondo de la quebrada, un verde oscuro anuncia que los bosques de tabaquillos, maitenes y helechos tienen su lugar predilecto.
El Parque Nacional Quebrada del Condorito se ubica en el corazón de las Sierras de Córdoba.
Desde la turística ciudad de Villa
Carlos Paz hay que dirigirse unos 70 kilómetros hacia el oeste, rumbo a Mina
Clavero, por el camino de las Altas Cumbres.
En el lugar conocido como La Pampilla,
se abandona la ruta. Una tranquera imposible de atravesar indica que ha llegado
el momento de dejar el ruido de motores. Comienza entonces la caminata, a
través de un rudimentario camino no habilitado para vehículos particulares, que
conduce -tras dos horas de marcha- al casco de la antigua estancia El
Condorito, en vías de convertirse en la sede del flamante parque.
Se debe caminar cerca de dos horas rumbo al sur, para llegar al único lugar
donde se permite acampar en las orillas de un minúsculo arroyo. Se recomienda a quienes llegan por primera vez hacerlo con un guía experimentado.
La Quebrada del Condorito es una
gigantesca grieta de 700 metros de profundidad que atraviesa el macizo de la
Pampa de Achala, en las Sierras Grandes, con sentido oeste-este.
Debido a su
altitud, el clima es frío y la humedad elevada, lo que ha favorecido el
desarrollo de una flora única. El Condorito posee una diversidad biológica sin par, representada por un mosaico de especies animales y vegetales que no viven en ningún otro sitio más que aquí. Área de encuentro de cuatro ecosistemas, constituye una isla rocosa que mantuvo la confluencia de estos ambientes con carácter exclusivo, dada su inaccesibilidad. Algunos animales como el sapo de Achala, el zorro colorado, el halcón, o el puma viven en el parque.
Pero además, la Pampa de Achala tiene un valor incalculable para Córdoba porque en ella se nuclean las nacientes de gran parte de los ríos que abastecen de agua potable y energía a toda la provincia. Por ello, el parque nacional se complementa con la Reserva Hidráulica Provincial Pampa de Achala, que rodea al parque con sus 145.000 hectáreas.
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