CARHUÉ Y LAGO EPECUÉN
historia, inundación y termas
El lago Epecuén, una depresión de unas 10.000 hectáreas era, a principios del siglo XIX, muy renombrado por las propiedades curativas de sus aguas. Estas poseen una mineralización superior a las de otros lugares del mundo. Sus cloruros y sulfatos, mediante procesos fisicoquímicos, producen óptimos resultados en enfermedades reumáticas, de la piel, en anemias, diabetes, etc. La laguna de Epecuén fue nombrada por primera vez allá por 1770 por el Piloto de la Real Marina Pablo Zizur a la que bautizó San Lucas. San Lucas es el patrono de la medicina y se especula que haya sido bautizada así por la fecha de paso.
El primer análisis de sus aguas se producen en 1886, diez años transcurridos de la fundación de Carhué, y fue realizado por un químico italiano quién quedó maravillado por la riqueza mineral de dicho lago. Constató que la salinidad era superior 10 a 1, es decir poseía 340 gr. de sales por litro, contra 31.1 gr. por litro del mar. Cualitativamente observó 202 gr. de cloruro de sodio, 137 gr. de sulfato de sodio y 1 gr. de carbonato de sodio. Recomendó su uso doméstico y comercial para la industria del vidrio y sal marina para los saladeros de curtiembres y charqui.
Se debía traer el ferrocarril y embarcarla al puerto de Cádiz, siendo este la llave a Europa. Pero las distancias y las dificultades en cuanto a lo requerido hicieron que nunca se comenzara la tarea. Los primeros pobladores y visitantes arribaban al lugar en galeras o diligencias que venían de Azul, 25 de Mayo, y en años posteriores, desde Arroyo Corto, que era punta de riel. Esta gente concurría y acampaba en carpas a sus orillas, maravillados por los comentarios de personas que conocían las propiedades.
Es recién en 1899 cuando llega el FFCC. del Sud; en 1903 el FFCC. del Oeste, con parada en Carhué y en Epecuén, a 2 Km del lago, y el FFCC. Midland, desde la Estación de Puente Alsina hasta Carhué en 1911.
Cuenta la tradición que uno de los primeros visitantes fue el Sr. Piazza, al que le habían recomendado este agua en Italia. Acampaban en lo que fue el Parque Municipal Insúa- Narbaitz.
Del estudio elevado a Obras Públicas se destacan algunos párrafos del Dr. Dessy : "La mineralización de este agua de Epecuén es casi idéntica a las conocidísimas aguas de Salies de Bearn y de Biarritz Biscours (Bajos Pirineos), cuyas maravillosas propiedades terapéuticas benefician cada año a millones de enfermos".
Así comenzó un ritmo frenético de construcción de hoteles de categoría internacional.
La competencia entre Carhué y la reciente Villa Epecuén fue dura, dado que en un primer momento la capacidad hotelera pertenecía a Carhué, pero las distancias y dificultades de traslado de personas y aguas hicieron que poco a poco su hotelería fuese desapareciendo. Estas empresas y las que vinieron explotaron el barro radioactivo, las sales para el ganado y hasta las bondades del clima muy similar al marítimo.
Han llegado a la actualidad referencias que reflejan la importancia del lago Epecuén en el exterior:
Un ilustre francés, según "La Nación" del 11 de diciembre de 1924, recetó en París los baños de la Laguna Epecuén a un compatriota nuestro que fue a Europa en busca de salud. También se dice que un alto miembro del directorio del FFCC. del Oeste en Argentina, se trasladó a Londres, en 1924, para someterse a un severo tratamiento de reumatismo. Al llegar, el jefe de la clínica le manifestó que para obtener una buena y eficaz cura, tendría que hacer un largo viaje al Lago Epecuén.
Sí prosperó el nuevo asentamiento denominado Villa Lago Epecuén. Para 1930 ya contaba con una iglesia, una escuela y todos los servicios de un pueblo. Así se desarrolló el turismo en Epecuén, llegando a contar con 5.000 plazas declaradas y 2.000 aproximadamente sin declarar. Eran 280 establecimientos, entre hospedajes, pensiones, hoteles y comercios que llegaron a recibir en las décadas del ´60 y ´70 a 25.000 turistas de noviembre a marzo. La Villa llegó a poseer 1.500 habitantes estables.
Esto funcionó sin variantes durante 60 años hasta que un 10 de noviembre de 1985 el agua lo inundó todo. La defensa mediante un terraplén de piedra y tierra construido en 1978 no soportó el enorme caudal de agua que envió el hombre desde otra cuenca ajena al sistema de las Lagunas Encadenadas.
La Villa desapareció.
Así, para 1986, el pueblo de Villa Lago Epecuén poseía 4 metros de agua en sus calles, llegando en 1993 a más de 10 metros.
La posta fue tomada por la población de Carhué , a pesar de que al momento de perderse la Villa Lago Epecuén no quedaban en Carhué hoteles ni lugares donde hospedarse.
Hoy, año 2001, Carhué ha encarado el proyecto Termas de Carhué, contando con más de 700 plazas, museos, turismo rural y de estancias, turismo ecológico e histórico.
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