miércoles, 1 de julio de 2015

RECOLETA Iglesia Nuestra Señora del Pilar y Cementerio

RECOLETA Iglesia Nuestra Señora del Pilar y Cementerio



Su nombre proviene del convento de los Padres Recoletos y de la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar.


En el año 1717 FELIPE V, rey de España, autoriza la instalación de los frailes recoletos en América.


Los padres recoletos llegan a Buenos Aires y se instalan en la zona conocida como "Los 0mbúes".


En 1724 iniciaron la construcción del Convento y de un Templo. Financió la construcción don Juan de Narbona, aragonés, comerciante negrero y contrabandista de gran fortuna que de esa manera creyó lavar sus pecados terrenales.

El Cementerio nació junto con el Templo como camposanto. 

Durante la época de Rivadavia el cementerio fue expropiado y se transformó en el cementerio del Norte, y se lo comenzó a conocer como Recoleta.

Este cementerio es digno de ser visitado, y en él se encuentran tumbas de muchas personalidades históricas, Evita, Leloir, José Hernández, Alfonsín, Sarmiento, Mitre, Irigoyen, Rosas, Brown, Dorrego, Lavalle, y muchos más.

Es en esta Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, que así se llamaría, que se produce una novedad para Buenos Aires: se colocan en las ventanas láminas de ónice suplantando al vidrio, de escasa divulgación en esa época en el Río de la Plata.

A poco, es instalado en su frente un reloj fabricado en Londres por Thomas Windmill, que tiene la singularidad de su esfera de mamposteria.

El Templo es finalmente inaugurado el 12 de octubre de 1732, el día en que se veneraba a su patrona, Nuestra Señora del Pilar.

El Altar Mayor es una obra exquisita del barroco y su mesa, recubierta de láminas de plata, se supone procede de Cuzco.

El Altar de las Reliquias, en caoba con aplicaciones de marfil, nácar y bronce, conserva huesos de San Urbano, San Víctor y de San Juan Apóstol.

Quizás su más bella obra sea el San Pedro Alcántara, el otro Patrono de la Iglesia, atribuído al escultor granadino Alonso Cano y considerada "la más extraordinaria joya de la imaginería española que haya llegado al país a fines del Siglo XVIII".
En el Templo descansa entre otros, Martín José de Altolaguirre, amigo de Belgrano, quien en su Quinta de La Recoleta plantó por primera vez la vid. Introdujo, asimismo, el cáñamo y el lino convirtiendo al hoy barrio en pionero de actividades agrícolas.

Pocos barrios porteños han tenido tantas transformaciones urbanísticas y sociales como el de La Recoleta.

Lugar desolado, en un tiempo se lo conoció como "Tierra del Fuego".

Por las noches, el lugar se convertía en territorio de compadritos, matarifes, lavanderas, negros, cocheros, peones, changadores y "gente de ocio".
Pero la gran fama, en la mayoría de los casos alegres y felices, lo debe el barrio a las llamadas "Fiestas de la Recoleta", también conocidas como "Romerías" que se desarrollaban desde el 12 de octubre, Día de Nuestra Señora del Pilar, y duraban una semana.
Debido a la cantidad de mendigos que habitaban esta área, se creó el Asilo donde hoy se encuentra ubicado el Centro Cultural Recoleta. 


Si a la Capital Federal se la destacó siembre por su gran encanto y variedad de árboles que la adornaban, La Recoleta es uno de los mejores ejemplos, ya que algunos tienen más de 200 años de antigüedad entre los que destacan los dos gomeros localizados frente a la Iglesia del Pilar. Estos dos hermosos árboles son apreciados en todo su esplendor desde uno de las esquinas más famosas del barrio donde se encuentra El Café de la Biela.

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